Formación para feministas que no caben en moldes
Cuando las mujeres nos acercamos al Feminismo (y queremos Be Feminist) muchas veces llegamos no desde el conocimiento, sino desde la emoción, la rabia, el sentimiento de angustia o la percepción de la discriminación. Aunque no le sepamos poner el nombre de un concepto.
Otras veces llegamos a grupos muy cohesionados y establecidos, con una ruta de trabajo a la que nos cuesta incorporarnos. Podemos tener tiempo para formaciones, lecturas y cursos o talleres largos y bien estructurados. Aunque no siempre es lo que queremos o lo que más nos apetecería. También es posible que no sea esa la que nos hace sentirnos identificadas.
Sin embargo, podemos sentirnos feministas y, a la vez, ser conscientes de que nos falta entender algunos conceptos, argumentar acusaciones, defendernos emocionalmente de la percepción de las discriminaciones que nos abruman. Podemos necesitar que nos expliquen el porqué de algunas de nuestras contradicciones o cómo llevar a la práctica lo que aprendemos de #Feminismo.
Estamos tan hartas de que nos digan cómo hacer las cosas que muchas de nosotras necesitamos, también, encontrar la forma de ser feministas sin sentirnos apartadas o encorsetadas. Sin miedo a que nos «quiten el carnet» cuando no entendemos, cuando tenemos contradicciones, cuando disentimos. Y, sí, sé que no solemos decirlo en voz alta, pero eso pasa. Feministas que llegan al movimiento titubeantes a las que quitamos las ganas con nuestras exigencias. Feministas que llegan al feminismo con seguridad y fuerza arrolladora a las que obviamos porque hacen las cosas de una forma que no es la nuestra. Como si hubiera una forma determinada de ser feminista y si no la sigues, no eres feminista.